Restaurante Pizzeria Pino, Santa Ponsa

El ingenioso gourmet se personó en este local, con el estómago repleto de la más insondable oscuridad, pues siempre permanece en estado de alerta y más de lo que debería, posee mi entendimiento y me despierta deseoso de un kebab a las cuatro de la .. .mañana. ¿Quién soy yo para negarme? Nadie, señores míos, nadie soy para concederle a mi pequeño todo lo que le pueda proporcionar. Así ustedes consienten a sus imberbes retoños chillantes y desvergonzados de atención, yo consiento a mi estómago y le doy todo lo que puedo obtener para que crezca feliz y agradecido y, el día de mañana cuando infarte a causa de un taponamiento de arterias a causa del colesterol, enterrarme mar sumamente costoso. Así habré contribuido a dejar huella de mi paso por este bello mundo. Para cumplir con este propósito como pizza tres veces por semana, y esta vez Pizzeria Pino fue mi elección, de sillas estrechas para mi enorme trasero. Me sentaron al lado de la ventana y mi dicha fue tremenda pues pude corroborar cual inspector como el cocinero daba forma a la indomable masa, como la azotaba salvajemente hasta que se volvió dócil y se tornó en pizza. Me pedí dos, para engullir en solitario. Dos mujeres que comían una ensalada a ritmo de tortuga me miraron escandalizadas, así agarré la calzone entre mis candentes dedos y la mordí a modo de sándwich mirándolas amenazadoramente. Debieron pensar que si sostenían por más tiempo su mirada en un ser rollizo como yo, las devoraría acto seguido. Pero señoras, he pedido dos pizzas, no me voy a quedar con hambre de huesos con sabor a tomate y verde. La calzone fue excelente, con sus alcachofas y su crujiente masa, su queso fundido … bien repleta de euforia y amor por la vida. También me embuché la de rúcula, pensando que las gambas reciben más notorias … Al final acabé sabiendo también a verde, pero las gambas me llenaron de éxtasis y petulancia. Añado que muy juntas estaban las mesas, aun el coronavirus suelto y desbocado, pero es la única pega que podría poner. En mi próxima visita, tal vez me anime a pedir tres pizzas y les regale a ustedes un análisis más completo, pues tengan seguro que volveré...

Nos recomendado esta pizzería unos amigos. Las pizzas son caseras, puedes ver cómo preparan la masa y las hacen. El horno es de leña y se nota. Pedimos tbien una bruschetta de la casa que estaba exquisita. La atención muy buena. Comida excelente a …muy buen precio. Repetiremos para probar la pasta...

La calidad de los productos muy buena, la masa fina, me encanto la pizza capricciosa. Y muy rápidos, en 25 minutos estaba mi pedido para llevar

Las pizzas buenísimas, nada pesadas y muy ricas. Da gusto comer algo hecho de manera casera y no precocinado como en otros muchos lugares

Muchos Hace años que vamos a esta pizzería, para nosotros de las más buenas que hemos comido, se nota el punto que da el horno de leña a una pizza artesanal, los espaguetis carbonara también están deliciosos, son al estilo italiano sin nata, como la …receta original y los postres son caseros al estilo italiano...

¡¡Muchas gracias!!

Las pizzas estabas deliciosas y el postre también estaba perfecto, sumamente recomendable, la atención por parte del personal ha sido inmejorable.

Las pizzas muy buenas y gran variedad.Las encargamos por teléfono para comer en casa.Muy puntuales: estaban casi a punto cuando las llegamos a recoger.Unico problema que si vas en coche edificio aparcar, así que ir dos personas y una se queda en el coche

Hace años descubrí esta pequeña pizzería familiar y me gustó mucho.Es puramente artesana y está en el centro de Santa Ponsa, cerca de la playa.Hay que probar el pan de ajo (3,5 euros) que me encanta.Me indignan algunas pizzerías que no tienen grappa, pero esta no falla.

Las pizzas están brutales, horno de leña e ingredientes de calidad, trato muy bueno y muy atentos a tus necesidades, llevo viniendo años y no ha cambiando, siguen siendo las mejores pizzas, muy muy recomendable.

Si de verdad quieres disfrutar de una buena pizza, aquí están muy buenas. Y los postres caseros están tremendos.